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El
futuro será mejor
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Un debate de gran
altura. Pocas veces hemos visto en el Congreso debates de este nivel. Un debate
cargado de ideología y realidad como no es frecuente. Me ha sorprendido el
discurso de Pablo Iglesias. Me ha recordado al Felipe González de los años
ochenta. Y no menos altura y energía política la de su portavoz Irene Montero.
Si no se malea, con sus 29 años, tiene un carrerón por delante. Nos va a dejar
muchas sesiones de gloria en el parlamentarismo español. También me ha
sorprendido, gratamente, el alto nivel del nuevo portavoz del PSOE, José Luis
Ábalos.
Iglesias y Ábalos
han puesto de manifiesto que han entendido el camino errático en que se
encontraban las relaciones entre PSOE y Podemos. Han entendido que el panorama
político ha cambiado. Que ahora hay cuatro partidos en el albero, y que han
llegado para quedarse. Que no se puede alcanzar el poder sin pactar, y que
quien tenga capacidad y fuerza para pactar podrá alcanzar el gobierno. PSOE y Podemos
están condenados a entenderse, nos guste o no.
Lo que hay que
esperar es que ninguno de los dos trate de hacerle trampas al otro, como hasta
ahora ha hecho Pablo Iglesias, empezando por esta moción de censura. Albert
Rivera ha dejado al descubierto su irrelevancia procedente de atacar al PP pero
sin apartarse de él, para poder recoger los votos desencantados de la derecha
corrupta. No se puede jugar con dos barajas al mismo tiempo.
A Mariano Rajoy hay
que reconocerle su acierto al dar la cara. Aunque su ausencia, el segundo día,
supone una falta de respeto. Ha dado señales de perdido, enrocado en el cinismo
del crecimiento económico y del empleo, y queriendo mostrar que la corrupción
no va con ellos. Dos mentiras que ya no se pueden sostener. Y por si fuera
poco, aparece su portavoz y la caga, como de costumbre. Que entre 350 diputados
haya un impresentable no es extraño. Pero hombre, que sea el portavoz del partido
que sustenta al Gobierno, y que sea aplaudido por sus 137 compañeros.
Todo esto hace que,
la moción, justificada, y pésimamente fraguada, al final, puede que sirva para
dejar al Gobierno de Rajoy en tiempo de descuento. ¿Cuánto va a durar la
prolongación? Depende de la oposición, depende de las fuerzas del cambio.
Julio García-Casarrubios Sainz
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