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Apuntes
del siglo XX…. y XXI
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Este
mes de febrero se presenta políticamente apasionante. Dos acontecimientos que
pueden marcar el devenir de la vida política y social de España. El Partido
Popular y Podemos celebran sus congresos respectivos en medio de un ambiente de
dudas en todos los terrenos: político, económico y social. No me considero ni
politólogo, ni mucho menos hombre de aparato de ningún partido. Soy simplemente
un alumno de la “Universidad de la Calle”, que se ha dedicado, a observar los
movimientos, a estudiar lo que la sociedad percibe, y como reacciona ante esa
percepción. Más de izquierdas que de derecha, más progresista que conservador,
pero sobre todo ciudadano de la calle con libertad y tolerancia.
Pocas
sorpresas espero del Congreso del Partido Popular. Todas las derechas que se
engloban en el Partido Popular presentan el mismo perfil que la derecha, desde
el siglo XIX, ha representado, tanto en el mundo de las ideas como en sus
actitudes. Algo han evolucionado, como todos, pero en lo esencial, y comparado
con las circunstancias de cada momento, muy poco. No espero nada nuevo.
Hoy
quiero centrarme en el Congreso de Vistalegre II; que de ahí si espero
sorpresas; y más que sorpresas, espero novedades que pueden modificar el rumbo
de la izquierda en España. Hay un aspecto en la izquierda, que se le parece
mucho a la derecha: que no ha cambiado. La izquierda, desde el siglo XIX, se ha
distinguido por una lucha constante en busca de sus propios posicionamientos y
de sus propias actitudes. Llevan siglo y medio tratando de recolocarse ante la
sociedad. Con una idea muy clara en el terreno ideológico, en la defensa de los
más débiles; pero con mucha más indefinición en el terreno del pragmatismo y de
la estrategia para conseguir sus ideales. Y más aún en la lucha de poder para
tomar posición.
Desde
que el pueblo llano se levantó contra los abusos de la revolución industrial,
hemos pasado por un comunismo, un socialismo, una socialdemocracia, y no sé
cuantas más. Siempre con la muy digna ilusión de defender los derechos de los
más débiles; pero sin encontrar la postura para conseguir esos loables
objetivos. Y ahí se encuentra Podemos; ni más ni menos. Lucha de
posicionamientos y de liderazgo.
Por
eso es importante lo que pueda salir de Vistalegre II. No es una lucha entre
dos personas; es una lucha entre dos formas de entender la izquierda actual. Pablo
Iglesias representa “el idealismo ideológico originario de la izquierda y el
ansia de alcanzar el poder para llevarlo a cabo”. Mientras que Íñigo Errejón
representa la nueva adaptación de la izquierda a los tiempos actuales. Iglesias
solo piensa en el yo, yo, y san yo; Errejón se propone el fin último de
defender a los más débiles, con acuerdos, unión y diálogo. Veremos lo que
aportan a la unidad de la izquierda.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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