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Apuntes del siglo XX….
y XXI
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Me gustaría que fuese “vida nueva”. Pero tengo muchas
dudas. Para que la vida social y política en España sea “vida nueva”, tiene que
producirse una “regeneración política” a todos los niveles. Cuando se pasea por
mi mente la palabra “Regeneracionismo”, se me abren los huesos, me entran
temblores. Me viene a la cabeza los persistentes, y nunca logrados, intentos de
“regeneración”. Desde el siglo XIX, a los políticos se les ha llenado la boca
proponiendo “la regeneración”. Pero nunca llegó; siguieron las desigualdades
sociales, las corruptelas, y los caciquismos.
Tienen que aparecer en el panorama político nuevos
líderes, que tengan la valentía, de dar un puñetazo en la mesa, para que salten
por los aires, vuelen, todos aquellos que han dado muestras de incapacidad y
escasa decencia en la vida pública. Si tenemos políticos que no han sido
capaces de administrar ni el bipartidismo, ni las mayorías absolutas, ahora no
podemos esperar de ellos, que sepan administrar, que sepan hacer frente, al
pluralismo que nos ha llegado, y que no es malo; es algo nuevo que debemos
encauzar. ¿Lo lograremos en el año 2016? Lo dudo.
Hemos tenido desde la Transición grandes políticos, que
nos han conducido hacia la democracia, hacia la igualdad, hacia el bienestar
social. Pero ahora escasean. Nos hemos dotado de un conglomerado de políticos
que, en muchos casos, -no todos-, solo han pensado en sus intereses. Unos con
sus políticas,-a mi juicio erróneas-, han retrocedido en el camino hacia el desarrollo;
otros, -o los mismos-, se han dedicado a forrarse poniéndose al servicio del
poderoso; otros,-no mejores sino menos listos-, se han amarrado al cargo para
chupar y chupar; otros, con su piquito falaz han hecho de la mentira su
estrategia; otros se han dedicado, y se dedican, a dar pataditas por debajo de
la mesa para quitar al que le estorba.
¿Y los nuevos? Hay que reconocerles el mérito de
convulsionar la degradación y la indecencia. Pero no están dando pruebas de
estar preparados para ese cambio que ellos preconizan. No. Más bien todo lo
contrario. Tienen que dotarse de mayor visión de futuro, de mayor altura de
miras y de mayor honestidad intelectual. El primero, viejo o nuevo, que sacuda
el puñetazo, estará en condiciones de llevarnos a esa “Vida nueva”. La sociedad
desencantada lo espera con ansiedad.
Julio
García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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