jueves, 29 de octubre de 2015

Oficina anticorrupción

Cuando creíamos que el Gobierno del PP no podía superarse, va Mariano Rajoy y hace el más difícil todavía en el circo de tres pistas en que ha convertido esta legislatura: queda inaugurada la Oficia Anticorrupción, ¡tatatachán! Sin avergonzarse ni lo más mínimo. El líder del partido con todos sus tesoreros imputados, de los sobres con dinero negro, de la Gurtel, de la Púnica, del "diferido simulado", de la "mordidas", del dinero negro para obras y reformas... ¡Tatatachan! convertido por arte de magia en adalid contra la corrupción. Lo dicho: pasen y vean, el más difícil todavía... Para luchar contra la corrupción hacen falta medios, no oficinas y fotos, y sobre todo ganas. Aunque claro, un país en el que el Gobierno nombra jueces y fiscales y el Presidente del Tribunal Constitucional es militante del PP demuestra pocas ganas de lucha y muchas de escapar con un triple salto mortal (con red, por supuesto). (José María García Diago, para dclm.es)

La chistera de Rajoy

Mariano Rajoy es muy dado a calificar las propuestas de los demás como ocurrencias sacadas de una chistera. Pues.. señores: anunciar, al final de una legislatura dominada por la corrupción, que va a crear una oficina anticorrupción es más que una ocurrencia sacada de una chistera, es el auténtico conejo del ilusionista.

Lo más sorprendente del diseño de esa oficina, es que va a gestionar el dinero procedente de las devoluciones de los corruptos, para bienes sociales. Eso no es una ocurrencia, es una idea magnífica, y lo digo en serio. Con ese dinero se podrían haber financiado los recortes que hemos sufrido estos cuatro años. Si se devolviesen los sobresueldos en negro, el dinero de todas las comisiones de los empresarios, todas las mordidas, todos los dineros destinados a financiar ilegalmente campañas y obras de reformas, si se devolviese todo eso a la nueva oficina anticorrupción se acabaría la crisis, se superaría la deuda, y podríamos volver al estado del bienestar que hemos perdido en estos cuatro años.

Julio García-Casarrubios Sainz
                                                                              http://juliocasarrubios.blogspot.com



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