martes, 4 de noviembre de 2014

CORRUPCIÓN Y CINISMO

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Apuntes del Siglo XX….y XXI
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La situación es tan grave y tan insoportable que las opiniones y las medidas deben saltar a la palestra con urgencia. Esta corrupción es algo programado desde hace mucho tiempo. Primero la privatización y la liberalización de la construcción. Esto ya viene desde el año 1998. No es de ayer. Después, los mismos que diseñaron esa política se lanzan al pelotazo, al enriquecimiento, y para ello se recurre a todo.

El tamayazo aparece porque no se podía dejar escapar la oportunidad de intervenir en la burbuja inmobiliaria, la mejor oportunidad de hacerse ricos, muy ricos, con recalificaciones y concesiones de obra. Ese ha sido el siguiente escalón; después todos los que conocemos,  y los muchos que probablemente no conozcamos todavía. Pero el organigrama había que perfeccionarlo para que nada ni nadie acabara con el chiringuito del mejor negocio de la historia. Así se origina el tamayazo.

El paso siguiente pues es ocupar, los órganos del poder judicial, para intentar que no haya jueces que fastidien el negocio. Y si por el camino surge algún juez incómodo se le echa. Todos conocemos el empeño por colocar a los afines en el Consejo del Poder Judicial, en el Tribunal Supremo, y en el Tribunal Constitucional; todos conocemos la salida del juez que inició las investigaciones de la trama Gürtel, la salida del juez que se atrevió a encarcelar a Blesa; todos nos acordamos que por el juzgado de Nules, que investigaba a Carlos Fabra, desfilaron hasta nueve jueces.

Son ejemplos. Pero fíjense en lo último. Aparece en la prensa que “el juez Ruz podría tener los días contados en la Audiencia Nacional; que el Poder Judicial decide si saca su plaza a concurso en diciembre”. Sin comentarios. Y al día siguiente nos despertamos con la detención de Francisco Granados, número dos del Gobierno de Esperanza Aguirre, en el marco de una redada de 53 detenciones, y más de 200 registros en cuatro provincias. ¿Es casualidad? Sin comentarios.

Donde está el líder político que pegue un puñetazo en la mesa, y “después de limpiar su casa”, ponga encima de la mesa las medidas, claras, eficaces y creíbles, en lugar de decir: “dejemos a la Justicia que trabaje” Corrupción y cinismo.


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