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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Después de
un debate entre políticos, parece hasta una necesidad preguntarse: ¿Quién ha
ganado? Pues contestemos: Ninguno. Para ganar un debate hay que medirlo en
función de los electores reconducidos al redil de cada uno. Y está claro que la
base electoral, los posibles votos, no han hecho mejorar las expectativas, ni
en el PP ni en el PSOE. Todo lo contrario.
Uno desde la
falaz mentira y otro más cercano a la realidad, pero ninguno consiguió atraerse
a nuevos electores. Y ¿por qué? Pregunta interesante. No cabe duda de que los
dos tienen algo en común que los ha llevado al fracaso. Sí. Los dos cometieron
el mismo error. Los dos diseñaron un discurso dirigido a su parroquia. Sin
tener en cuenta que ambas parroquias están desencantadas. Uno porque ha hecho
todo lo contrario de lo que prometió, y
el otro porque aún sigue sufriendo la percepción de haber perdido unas
elecciones, de haber perdido cuatro millones de seguidores. Han perdido los dos.
Uno por
hacer un discurso tramposo y mentiroso. Hizo trampa en el juego de la
dialéctica, utilizando datos falsos o manipulados, o sesgados. No se puede
decir alegremente que Zapatero destruyó tres millones de empleos. Sí; se
destruyeron tres millones de empleos. Pero fue en los tres años de la recesión.
Rajoy ocultó que a lo largo de los ocho años de legislatura hubo crecimiento
económico y se crearon puestos de trabajo, más que en ningún otro país de la
UE. Y lo mismo se podría decir de todos, de todos, los datos que manejó en su
autobombo hacia los suyos.
Y el otro
pegado a la realidad; aún diciendo toda la verdad de lo que sucede en España,
aún desmontando el país de las maravillas que dibujó Rajoy; aún reconociendo
que es una de las cabezas políticas mejor amuebladas del panorama actual; a
pesar de todo ello, perdió la ocasión de dirigirse a los cuatro millones de
desencantados. Quizá porque Rubalcaba no sea el más apropiado para cambiar la
desafección; quizá porque, aún reconociendo su valía política, ya no está en
condiciones de volver a ilusionar a los otrora once millones de seguidores.
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