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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Hay dos
clases de ciudadano europeo. El modelo que surgió del Tratado de Roma; el que
se proponía borrar del mapa europeo los nefastos enfrentamientos que tantos
disgustos dieron a Europa, hasta la Segunda Guerra Mundial; el que a base de
solidaridad y cohesión iba a contribuir al progreso del viejo continente; el
convencido de que la Unión Europea, era la única solución en un mundo global.
Enfrente, aparece el perfil de ciudadano que siempre le ha costado mucho
esfuerzo reconocer la identidad europea; el que antepone el espíritu
nacionalista y patriotero; el que no ve más allá de los problemas de su país,
de su entorno; el que a veces, guiado por su espíritu patrio revela cierta
aversión a los demás ciudadanos europeos.
En una
palabra: Europeístas y euroescépticos. El gran problema de la Europa actual, es
que estamos gobernados por nacionalistas euroescépticos. Hubo otra época en la
que, europeístas convencidos diseñaron un modelo de continente, alejado de
patriotismos nacionalistas, basado en la solidaridad y la cohesión. No porque
fuesen moralmente más buenos, -que lo fueron-, sino más bien porque tuvieron
una visión inteligente. Porque entendieron que la unión hace la fuerza, y que
todos unidos hacíamos una Europa más rica, más equitativa y con mejores índices
de bienestar social, ejemplo y envidia del mundo entero.
Son los que
entendieron que, ayudando al menos desarrollado, crecíamos todos, nos
beneficiábamos todos. Alemania tuvo dirigentes que supieron entender que haciendo
crecer a los demás países, crecía su industria y abrían su mercado.
Contribuyeron a poner en marcha una Alemania Europea. Todo lo contrario de lo
que hoy estamos viendo en la canciller Angela Merkel. Todo su esfuerzo y todo
su empeño está en hacer una Europa Alemana.
Se ha pasado
su mandato vendiendo a sus ciudadanos el populista mensaje de que ya está bien
de ayudar a los demás a costa del dinero alemán. Esta fomentado el nacionalismo
de la más baja estopa. Y además los está engañando. Porque buena parte del
desarrollo alemán se ha producido al tener más y mejores clientes en la propia
Europa. Populismo puro y duro. Populismo como el de Sarkozy, que no le importó
dejar en mal lugar a España con tal de conseguir unos malditos votos, y
alimentar la “folie des grandeurs”.
Lluis
Bassets dice: “Por más que nos digan que todos estamos en el mismo barco, y que
si la nave se hunde, nos hundiremos todos, la cabra tira al monte, y el lobo al
cuello del otro lobo” Así, ni salimos de la crisis, ni haremos Europa.
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