miércoles, 25 de julio de 2012

NO HAREMOS EUROPA




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Apuntes del Siglo XX….y XXI
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Hay dos clases de ciudadano europeo. El modelo que surgió del Tratado de Roma; el que se proponía borrar del mapa europeo los nefastos enfrentamientos que tantos disgustos dieron a Europa, hasta la Segunda Guerra Mundial; el que a base de solidaridad y cohesión iba a contribuir al progreso del viejo continente; el convencido de que la Unión Europea, era la única solución en un mundo global. Enfrente, aparece el perfil de ciudadano que siempre le ha costado mucho esfuerzo reconocer la identidad europea; el que antepone el espíritu nacionalista y patriotero; el que no ve más allá de los problemas de su país, de su entorno; el que a veces, guiado por su espíritu patrio revela cierta aversión a los demás ciudadanos europeos.

En una palabra: Europeístas y euroescépticos. El gran problema de la Europa actual, es que estamos gobernados por nacionalistas euroescépticos. Hubo otra época en la que, europeístas convencidos diseñaron un modelo de continente, alejado de patriotismos nacionalistas, basado en la solidaridad y la cohesión. No porque fuesen moralmente más buenos, -que lo fueron-, sino más bien porque tuvieron una visión inteligente. Porque entendieron que la unión hace la fuerza, y que todos unidos hacíamos una Europa más rica, más equitativa y con mejores índices de bienestar social, ejemplo y envidia del mundo entero.

Son los que entendieron que, ayudando al menos desarrollado, crecíamos todos, nos beneficiábamos todos. Alemania tuvo dirigentes que supieron entender que haciendo crecer a los demás países, crecía su industria y abrían su mercado. Contribuyeron a poner en marcha una Alemania Europea. Todo lo contrario de lo que hoy estamos viendo en la canciller Angela Merkel. Todo su esfuerzo y todo su empeño está en hacer una Europa Alemana.

Se ha pasado su mandato vendiendo a sus ciudadanos el populista mensaje de que ya está bien de ayudar a los demás a costa del dinero alemán. Esta fomentado el nacionalismo de la más baja estopa. Y además los está engañando. Porque buena parte del desarrollo alemán se ha producido al tener más y mejores clientes en la propia Europa. Populismo puro y duro. Populismo como el de Sarkozy, que no le importó dejar en mal lugar a España con tal de conseguir unos malditos votos, y alimentar la  “folie des grandeurs”.

Lluis Bassets dice: “Por más que nos digan que todos estamos en el mismo barco, y que si la nave se hunde, nos hundiremos todos, la cabra tira al monte, y el lobo al cuello del otro lobo” Así, ni salimos de la crisis, ni haremos Europa.



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