jueves, 17 de noviembre de 2011

CRISIS POLÍTICA



Felipe González dice que el debate sobre políticas económicas y fiscales, sigue planteándose dentro de los límites nacionales, cuando el desafío es global. Es la falta de coordinación entre la política y la economía. Por eso la actual crisis está resultando más grave que cualquiera otra anterior. Y no solo que es más grave, sino que vamos a tardar mucho más en salir de ella.  Es más: no vamos a salir. Cuando ya parece que estamos viendo el final del túnel, es muy probable, esperemos equivocarnos, que vuelva otra etapa de recesión.

Y todo por lo mismo. Porque queremos resolver un problema sistémico y global, con medidas localistas. Esta crisis que nos invade tiene una característica que ninguna otra tuvo. Es la globalización. Apretando a un botón del ordenador se invierte en España o en Europa, en América o en Asia. Los efectos de cualquier operación financiera se extienden, en tiempo real, por todo el mundo. Esos efectos no pueden controlarse con medidas de horizonte nacionalista.

Actualmente en Europa, las principales economías, están mirando por sus propios intereses con visión puramente localista, por arrimar el ascua a su sardina, porque la crisis no los arrastre electoralmente. La política no está a la misma altura que la economía global. Se mueve por motivaciones de escaso horizonte. Y con ello estamos dando lugar a que los mercados, que sí actúan de forma global, sean los que marquen la pauta. Muy pocos líderes nacionales han estado dispuestos a perder base electoral en beneficio de la posición de España como Estado. Hace falta una enorme dosis de responsabilidad, cuando a sabiendas del perjuicio partidista, se tomen medidas que influyan en las tendencias globales. Eso lo ha hecho Zapatero. Además de acabar con el terrorismo. Zapatero y Rubalcaba han contribuido de manera muy definitiva a que vayamos a votar sin la amenaza del terrorismo.

Mientras otros, han estado haciendo campaña diciendo que España está como está porque, desde el Gobierno no se han tomado las medidas adecuadas. Prometen luchar contra el paro diciendo que van a crear empleo, que es igual que no decir nada. La falta de medidas de alcance global, o por lo menos de alcance europeo, de una mayoría de partidos liberales, hacen que en Europa, estemos como estamos.

La crisis no va a llegar a su final mientras haya líderes que no comprendan la necesidad de hacer frente a un problema global, con medidas globales. Y no es lo malo que vayamos a ver la solución a muy largo plazo. Lo peor es que, si salimos de la crisis, que está por ver, lo haremos bajo unas estructuras sociales, que van a suponer un importante retroceso en lo ganado en muchos años. No estamos viviendo una crisis económica, sino más bien una crisis política, una crisis de liderazgo político. Europa necesita liderazgos como aquellos que nos llevaron a la construcción de la Europa de los pueblos. Corremos el riesgo de acabar con ella.


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