domingo, 17 de julio de 2011

75 AÑOS DESPUÉS

Apuntes del siglo XX


La trascendencia histórica de la guerra civil española, en el ámbito nacional e internacional, queda de manifiesto en el dato de que, hasta la fecha, llevan aparecidos casi veinte mil libros que analizan y estudian este fenómeno, cantidad sólo igualada por la Segunda Guerra Mundial.

Terminada la Guerra Civil Española, terminado el desafortunado periodo bajo dictadura, y bastantes años después de haber vuelto a la democracia, todavía “la guerra” genera discusiones apasionadas y en muchas ocasiones crispadas. Fenómeno difícil de explicar. No es posible que tenga el origen en el propio conflicto. Después han tenido lugar otros conflictos bélicos de mayor envergadura, y no despiertan tan apasionadas confrontaciones. Es ilógico, y hasta irracional el hecho de que despierte el mismo, o más, debate, el bombardeo de Guernica, que el de Hiroshima; y no parece suficiente la justificación de que el cuadro de Picasso ha contribuido a su vigencia en la historia. La explicación hay que buscarla en algo más profundo.

Una de esas justificaciones la podríamos situar en el hecho de que la guerra civil española fue un ensayo para otras confrontaciones que se avecinaban. Había que probar nuevas técnicas de destrucción. Sí. Pero no es suficiente. Es demasiado simple. Muchos historiadores se han dedicado a buscar una explicación del porqué las controversias que despierta un hecho desgraciado que se inició hace 75 años.

El historiador inglés Paul Preston apunta, creo que sin falta de razón, que se está escribiendo tanto y despierta tanta pasión, porque durante muchos años se ha estado desfigurando la realidad. No han sido apuntes de historia, producto de la investigación. Han sido simplemente soflamas realizadas por seudo historiadores cuyo objetivo no era el descubrimiento y el análisis de lo ocurrido, sino más bien la propaganda política en busca de sus propios convencimientos. Por ello, republicanos de una parte, e historiadores extranjeros, más o menos independientes, por otra, han surgido para cubrir la necesidad, o más bien el vacío, sobre algo que nunca se pretendió que conociéramos. Lo que en un principio se montó para ocultar una realidad y unas intenciones, es precisamente lo que ha provocado la reacción espontánea en el sentido contrario.

Unos por la investigación y otros por desmontar la farsa que algunos han pretendido y pretenden montar, continúa siendo el hecho histórico más estudiado. En España, hemos sufrido y sufrimos la desgracia de escuchar a personajes que, más o menos claramente, se dedican a continuar reescribiendo la historia. Quizá por eso mismo haya cada vez más interesados en la investigación de la Guerra Civil.





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