sábado, 5 de febrero de 2011

EL DISCURSO FÁCIL

La Política no es una tarea fácil; es muy complicada. Por tanto presentar a los ciudadanos un discurso fácil, revela una simplificación que en la mayoría de los casos es pura demagogia, por no decir que se trata de un intento de falsear la situación real. Una cosa es emplear el mensaje corto y sencillo para hacer comprender mejor lo que se quiere transmitir, y otra muy distinta es, utilizar la simplificación para tergiversar la realidad de lo que se esconde detrás del mensaje.

Estamos viendo un ejemplo de simplificación que sólo pretende hacernos ver una realidad distinta a la que subyace en el fondo de la cuestión. Es el revuelo artificial organizado por el uso del pinganillo en el Senado, o mejor dicho, por la introducción de las distintas lenguas de España en la Cámara Alta.

Discurso fácil y simplista, es, decir a los ciudadanos que es un gasto innecesario. Que no es lógico, teniendo un idioma común en el que se entienden todos, complicar las cosas hablando en otros idiomas. Si no hubiera detrás de ese mensaje algo mucho más profundo, el mensaje es perfecto, fácil de comprender y que llega a todo el mundo. De hecho está calando en la sociedad ese mensaje. Unos porque se lo creen; otros porque entendiendo la falsedad del mensaje siguen la corriente a los que lo lanzan. Pero la realidad es, que ese mensaje simple y falso, está calando.

El problema, como toda la política, es mucho más complejo. Además de utilizarlo como ataque partidista contra el Gobierno, supone una falta de convencimiento en el estado de las autonomías; supone no haber comprendido, o estar en contra de la riqueza plural que tiene España. Dos cuestiones pues que no pueden despacharse con un simplismo falaz.

Por una parte, el Estado de las Autonomías, significa la descentralización del poder. Poder que se ejerce de forma más eficaz, cuanto más se acerca a los ciudadanos. Parece bastante evidente que las comunidades históricamente más pobres se han igualado con las demás desde que tenemos autonomías. La historia de España nos demuestra que la descentralización ha dado un mejor sistema de vida y un mayor desarrollo, que el centralismo. ¿Cuándo ha prosperado más Castilla-La Mancha, con el centralismo o con el Estado de las Autonomías?

Y por otra parte, el respeto y la conservación de nuestra riqueza cultural y lingüística. Los que tienen una lengua además de la común de todos los españoles, hacen muy bien en defenderla, porque de lo contrario se extinguiría, terminaría desapareciendo. Pues bien, si el Senado, que es la Cámara Territorial donde están representados todos los territorios de España llega a utilizar todas las lenguas con absoluta normalidad, habremos dado, todos, un paso importante en defensa de nuestra riqueza cultural y lingüística. Habremos visualizado esa riqueza. Merece la pena emplear en ello el 0,6 % del presupuesto del Senado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario