Acabar con la
democracia
Tener la lengua muy ligera, puede en ocasiones ser peligroso. A tres días de un proceso electoral decir una ligereza para perjudicar la imagen del adversario político tiene muy mal olor. Se ha producido el robo de una caja de correos que contenía dinero y 124 votos por correo.
El Partido Popular ya ha lanzado, sin
encomendarse ni a dios y ni al diablo, que se trata de un intento de acabar con
la democracia. Exagerado e inoportuno, porque la propia Guardia Civil ha
declarado que se trata de un robo común sin intenciones electoralistas. Pero el
daño al prestigio ahí ha quedado.
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