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Tercera
Etapa Socialista
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Sentada la
posición, subjetiva, claro, de que el felipismo significó la consolidación de
la Transición y la incorporación de España a Europa, y a los avances sociales
que nunca había tenido, corresponde analizar el fin de esa etapa. También es
honesto señalar que tanto lo que representó, como la forma en que se produjo el
final, tiene mucho de realidad objetiva, y un tanto de visión personal. Visión
que quizá, desde otras posiciones, se puede estar o no de acuerdo. Intentamos
pues, analizar los hechos con la mayor objetividad posible, pero, siempre habrá
cuestiones que se presten a divergencias y a debate. Debate siempre sincero y
esclarecedor.
Apuntábamos
la semana pasada que el final del felipismo estuvo marcado por dos cuestiones,
que desgraciadamente van a permanecer en el tiempo: la corrupción y la forma
desleal de hacer oposición. Las elecciones de 1993, dieron la sorpresa de que
el felipismo volvió a imponerse en las urnas. Sorpresa porque la corrupción que
se desató en torno al Partido Socialista, hizo albergar a la derecha la esperanza,
quizá fundada, de que aquellas elecciones estaban ganadas. Pero no fue así. Es posible
que la explicación esté en que pudieron más los avances del socialismo en
España, que las corruptelas aparecidas, a pesar de su gravedad.
Pero fuera
lo que fuera, la verdad es que se decidió elevar el listón en las críticas de oposición,
incluso, a riesgo de acabar con la estabilidad del Estado. El trienio del 93 al
96 fue testigo de una oposición desleal como sus mismos actores lo
reconocieron. El periodista Luis María Anson, director durante 15 años del
periódico ABC, lejos de ser un peligroso izquierdista, malvado, y rojo,
comunista, lo reconoció en una entrevista concedida a Santiago Belloch, y
publicada en el número 825 de la revista Tiempo, el día 23 de febrero de
1998. Por la coincidencia con el 23-F, algunos la llamaron: “La Ansonada”.
Esta
oposición, algunos la justificaron como necesaria, otros utilizaron el pretexto
de que, si en 1996 volvía a ganar Felipe González suponía el fin a la alternancia
en democracia, y otros porque siempre se han opuesto a los avances sociales de una
mayoría de la población. Lo que no supieron, ni se imaginaron, los actores de
esa estrategia, es que iba a quedar como modelo, siempre que gobernara en
España la socialdemocracia. Y así seguimos.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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