La mala educación
No es solo problema de mala educación, -que lo es-, es problema de impotencia. El espectáculo que ofrecen algunos, -bastantes-, diputados en el Parlamento, pone al descubierto dos faltas graves, para la convivencia y el buen desenvolvimiento del debate político, y que se produce con demasiada frecuencia en las Cortes.
Quienes recurren al pataleo, al
insulto, al vocerío, a las malas formas, mientras un diputado interviene desde
la tribuna, dan muestras de muy mala educación. No recibieron la asignatura de “Educación
para la ciudadanía”. Pero muestran también la falta de razones y argumentos
para contradecir al adversario.
Julio García-Casarrubios Sainz
juliocasarrubios.blogspot.com
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