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Tercera
Etapa Socialista
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Sin soñar, el mundo
no hubiera alcanzado los grandes logros; porque el mundo es progreso. El mundo
progresa por muchos palos que pongan en las ruedas los mal llamados
conservadores; que no son conservadores. Ser conservador es bueno. Son
obstruccionistas. El progreso y la utopía vencen siempre. Sin la ilusión de
avanzar, el hombre no hubiese llegado a la Luna; yo no podría hablar con mi
nieta en París; no tendríamos los antibióticos; no le hubiésemos ganado la
batalla al coronavirus. Montesquieu se murió sin saber que su ilusionante
teoría iba a constituir la base de organización de las sociedades más
avanzadas.
Sí. Progreso,
utopía, ilusión y adelante. Poniendo en el camino una pizca de empeño,
valiente, inteligente y honesto. Quizá el reto más doloroso, que hoy sufra la
humanidad sea el tema de la inmigración. No es un fenómeno nuevo. Existía ya en
la prehistoria; en tiempos de los judíos, de los visigodos, de los árabes; la
emigración más próxima la hemos sufrido en España, buscando una vida mejor, o
huyendo de la persecución. Siempre igual: huir de la miseria y de las
persecuciones.
No hace falta pues
ser ningún superdotado, para entender que si los movimientos migratorios tienen
su origen en la miseria y en las luchas fratricidas, la solución no está en
poner puertas al campo. Esa solución revela, ignorancia envuelta en un velo de
mala fe, que trata de utilizar el problema como arma arrojadiza para
desacreditar al adversario. Es inadmisible que algo tan doloroso, que afecta a
la esencia de los derechos humanos, sea utilizado en el terreno de juego como
una zancadilla.
Sí. No le den más
vueltas. Lo demás es marear la perdiz para dañar al adversario político. El
problema, admitiendo que va a resultar difícil y complicado, está donde está el
origen. Hay que ir allí, donde está la miseria y la persecución, a negociar
fórmulas que mejoren la vida de esos seres humanos. Seres humanos que no vienen
a delinquir; vienen a convivir donde los necesitemos y donde puedan disfrutar
de una vida mejor. Ellos necesitan España, y España los necesita a ellos. No
entender esto, además de inhumano, es un error de futuro. Trabajar por la
convivencia, sin ningún tipo de
discriminación, es la única vía. ¿Alcanzaremos esa Luna algún día? Seguro que
sí. Aunque algunos no la veamos.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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