Ha
estallado el delirio
No creo necesario ni conveniente citar nombres. Pero es evidente que ante la percepción de la sociedad se están produciendo “procesos judiciales” que se transforman en hechos delirantes. A veces para favorecer a “un imputado”; a veces para considerar imputados a través de callejones procedimentales diseñados de forma esperpéntica.
Causas que se anulan, después de haber
pasado por el cumplimiento de penas, o por haber sufrido el escarnio público.
Que haya jueces hacedores, políticos aprovechados, y medios colaboradores, no
es lo más preocupante. Lo más preocupante, a estas alturas de la democracia, es que los controles para que esto no pase,
estén asentados en el limbo.
Julio García-Casarrubios Sainz
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