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Tercera
Etapa Socialista
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Soy consciente de
que alguien puede pensar, que esta columna que comienzo a escribir sea un
alegato a la Monarquía. No. No es eso lo que me propongo. Mi propósito, en este
momento, es manifestar “mi opinión” de que no estamos en situación de plantear
un debate sobre Monarquía o República. “Mi opinión” es que tenemos otros
asuntos, más urgentes y preocupantes, en el escenario político. Es más: pienso
que plantearlo, en un momento que todo se polariza, podría ser perjudicial, y
ser un pretexto más para aumentar la crispación.
A lo largo de toda
la historia de España, -hasta la Transición, del siglo pasado-, hablar de
monarquía era sinónimo de abuso de poder, de autoritarismo, de sumisión del
pueblo a las clases más poderosas, y más, y más. Al hablar de república muy
poco podemos decir, porque solo hubo dos intentos, que, con sus aciertos y
errores, supusieron el reconocimiento del pueblo soberano, de un pueblo que
tenía derechos, de un pueblo que quería avanzar en derechos sociales. Y que
alguien puso toda su fuerza en evitarlo. Pero, afortunadamente, eso ha
cambiado. Ha cambiado para bien.
Hoy, hablar de
monarquía, en el ámbito de Europa, es otra cosa. Hoy, son monarquías
parlamentarias. No son las dueñas del pueblo, son las que representan al
pueblo, y a él deben someterse. Con aciertos, y errores, -no deseables-, pero
esa es la realidad. ¿Que es una incongruencia ocupar la más alta representación
del Estado por el hecho de nacer en esa familia? Pues sí. Es una incongruencia.
Sería deseable un sistema más representativo. Pero ojo: Hoy la República no
garantiza mejor democracia que la Monarquía. Por tanto, los parámetros en los
que debemos situar el debate, son otros muy distintos, a los que nos ha marcado
la historia.
La monarquía se ha
reciclado. Lo que no se ha reciclado, son los sectores que siguen creyéndose
los amos del cortijo; los sectores obsesionados con dominar el poder, para
repartir la riqueza y los derechos, entre una minoría privilegiada; los
sectores que no quieren un Estado fuerte, que todo lo reparta con más igualdad;
los sectores que impiden a toda costa que el mundo avance en bienestar social.
Ese es el problema que nos acecha, esa es la asignatura pendiente, ese es el
debate. Una pregunta a debate: ¿A qué viene Milei a España?
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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