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Tercera
Etapa Socialista
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Me pongo a escribir
este artículo en plena jornada electoral. ¿Qué va a pasar? No lo sabemos. Pero
sí quiero dejar muy claro, para ser coherente con mi propia línea editorial,
que en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, me da igual que gane
Sánchez o que gane Feijóo. Todo parece indicar, si no se produce ningún vuelco,
que el resultado va a ser muy ajustado. Y digo que me da igual porque no
estamos dilucidando la política nacional. Lo que ahora me importa es que Europa
siga con el mismo y más fuerte espíritu para lo que se fundó.
Dejaré el artículo
sin cerrar, con el fin de hacer alguna referencia a los resultados que se vayan
conociendo a última hora de la noche. Pero eso no impide en absoluto que a
estas alturas me declare europeísta de pura cepa. Alguien ha dicho estos días
que La Unión Europea ha sido el mayor y mejor invento del siglo XX. Eso me da
pie para declarar, unas horas antes, que todo lo que sea reforzamiento del
original espíritu europeísta, lo considere un triunfo; y que cuanto menos
fuerza obtenga en la decisión del presente y futuro de Europa el
antieuropeísmo, mejor será para todos.
Cuando sean
elecciones nacionales me inclinaré por aquel programa que presente mejores
medidas en avances del bienestar de los españoles. Ahora mi deseo se centra en
la Europa de todos; en seguir por el camino que fijaron los fundadores de la
Unión Europea para que los daños del nacionalismo fanático no se vuelvan a
repetir. Era necesario fundar una Europa en la que las fronteras no fueran
motivo de desigualdades, y a su vez, una Europa con la fuerza suficiente para
neutralizar los peligrosos choques de dos bandos todopoderosos.
Son las once de la
noche y ya sabemos los resultados, casi definitivos. En lectura nacional el
resultado da pie para que PP y PSOE se encuentren satisfechos. El PP va a decir
que ha logrado ganar, y tiene razón; y el PSOE dirá que no se ha producido la
derrota a la que aspiraba el PP, y también tiene razón. En cuanto a Europa
podemos asegurar que la amenaza de la ultraderecha sigue en pie, pero con menos
fuerza de la que muchos temíamos. Tanto en clave nacional, como en clave
europea, ya tenderemos tiempo de analizar estos datos con más conocimiento.
Ahora toca trabajar por una Europa fiel a sus principios fundacionales.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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