Repetir es
un fracaso
La repetición de curso
es una medida anticuada, discriminatoria, ineficaz desde el punto de vista
social y pedagógico, y terriblemente cara si atendemos a su deriva económica. Económicamente
es un saco sin fondo. Existen cálculos en los que se estima el coste de la
repetición de curso en más de 1.440 millones de euros. Es decir que se podrían
dar apoyo, en grupos muy reducidos, a más de dos millones de alumnos; o dotar
al sistema con 44.000 profesores más.
Pero si fuera eficaz, y
estuviéramos favoreciendo a los alumnos, sería bien venido el gasto. Pero está
comprobado por multitud de países que la repetición de curso es una medida
ineficaz y anticuada; la inmensa mayoría de los países desarrollados ya la
eliminaron de sus programas hace años. Un informe presentado por Save the
Children, después de profundas y largas investigaciones llega a la conclusión –literal-,
de que “Repetir no es aprender”. O dicho en román paladino: “El alumno que
repite no añade nada a sus conocimientos adquiridos”.
La figura del repetidor
es socialmente discriminatoria. Los repetidores se consideran, desde dentro y
desde fuera, como los integrantes del “grupo de los fracasados”. Si la
enseñanza obligatoria tiene, o debería tener, como objetivo integrar a esos
futuros ciudadanos en la sociedad, cada uno se integrará según sus preferencias,
sus motivaciones y sus intereses. Que no serán nunca, ni mejores ni peores,
serán diferentes, y por tanto no evaluables. Invirtamos ese dinero en
establecer grupos muy pequeños donde todos los alumnos por igual se preparen
para una digna inclusión.
Julio García-Casarrubios Sainz
Valdepeñas.
Ciudad-Real
Busca en dclm.es “Qué Educación queremos”, y escribe tu
opinión
No hay comentarios:
Publicar un comentario