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Tercera
Etapa Socialista
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Lo he dicho muchas
veces. Pero lo digo otra vez. Es obligado decirlo si me pongo a escribir un
17-A. Cataluña y España tienen, tenemos, un problema muy grave. Grave porque se
ha arraigado más de lo deseable. ¿Los causantes de este conflicto han sido
conscientes de lo que hacían?. Me cuesta trabajo afirmarlo. Algún día tendrán
que rendir cuentas; ¿algún día pedirán perdón? Creo que no. Y creo que no,
porque aún tienen la desfachatez de que si surge alguien con una pizca de
iniciativa para arreglarlo, arremeten contra él por equidistante, por antipatriota.
Lo he dicho muchas
veces. Y lo seguiré diciendo. Desde hace bastantes años se han ido formando dos
frentes: uno al norte del Ebro y otro al sur. Ambos con muy pocos escrúpulos;
ambos movidos por el único e indecente deseo de conseguir votos; ambos poniendo
la estrategia política por delante del interés general; ambos recurriendo a lo
más visceral de los sentimientos; ambos apelando a la irracionalidad
fundamentalista y patriotera; ambos utilizando las banderas como arma de lucha
identitaria; ambos mintiendo para fundamentar sus argumentos.
Lo he dicho muchas
veces. No me casaré de repetirlo. El único camino es acabar con los frentes. Es
muy legítimo defender los sentimientos identitarios, incluso defender
posiciones independentistas, pero no a cualquier precio; no vale todo; no vale
la mentira; no acosta de saltarse la ley; no a costa de romper la sociedad; no
a costa de enfrentar a todos contra todos. Es muy legítimo posicionarse contra
el independentismo; creo que legítimo y acertado. Es muy legítimo defender la
unidad de España, yo también la quiero. La quiero porque pienso que es la mejor
solución. Pero no se conseguirá nunca enfrentando a españoles contra catalanes.
Hay muchos que se
han esforzado por celebrar el primer aniversario del 17-A como un homenaje a
las víctimas. Creo que la Corona, el Gobierno central, el Ayuntamiento de
Barcelona, entre otros, han hecho un esfuerzo de conciliación. Pero va a ser
muy difícil porque los empeñados en el frentismo no saben hacer otra cosa que enfrentarse.
Es insoportable presenciar la discusión de quien tenía más información sobre
los atentados y no la compartieron, porque eran del otro frente. Cierto o no,
solo el hecho de ponerlo en el debate resulta indecente e insoportable.
Julio García-Casarrubios Sainz
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