Jugar con las lenguas, catalana o española, es una indecencia rechazable. Rechazable por donde se mire. Prometer que aprovechando el 155 el Gobierno de España va a imponer en los centros de Cataluña, utilizar la lengua española al menos un 30 %, es inoportuno, ridículo y contraproducente.
Es un tema tan sensible, que no se puede hacer por imposición, aprovechando la vigencia del 155. Es ridículo establecer porcentajes de castellano hablantes. Y es contraproducente porque es una provocación que se va a volver en contra. Se va a provocar rechazo a todo lo que venga de España. Otro fracaso más.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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