Enseñar a
pensar
He leído con interés y
placer lo que ha escrito en este foro, mi colega de Polán, Diego Ruiz Ruiz.
Solo el hecho de participar en un debate sobre Educación ya es alentador, gratificante.
Pero además es que toca algunos de los problemas más acuciantes que mantiene el
reto actual, sobre los sistemas educativos: Enseñar, estimular, inculcar a,
pensar, a ser libres. Si la sociedad no piensa, si la sociedad no dispone de
una información veraz y desinteresada, esa sociedad no estará en condiciones de
avanzar, de progresar, de mejorar sus estructuras.
Hace ya años, cuando
existían las materias transversales, recuerdo que un tema en el que insistíamos
mucho en EGB y en la ESO era la diferenciación entre información y opinión. Dos
conceptos que algunos periodistas confunden intencionadamente. Confunden la
libertad de prensa, la libertad de opinión, con la manipulación de la
información. Que haya periódicos de distinta línea editorial es bueno,
enriquece. Pero cuando se trata de exponer una opinión, ya preconcebida,
basándose en noticias, al menos falseadas, es un fraude a la democracia, es un
fraude a la opinión pública.
Y no le echemos toda la
culpa a ese tipo de periodistas. Tienen también mucha culpa los mismos
lectores, que no buscan información; buscan sencilla y llanamente, lo que ellos
quieren que se les diga. Son ellos los culpables últimos del engaño. Es una
cadena. Los sectores de poder financian a veces medios de comunicación para
alimentar a sus seguidores, y aumentar su espectro de influencia.
Es ahí, precisamente
donde entra, donde debe entrar, la fuerza de la Educación. Esa era la sana
intención que tenía “Educación para la Ciudadanía”. Duró menos que un bizcocho
en la puerta de un colegio. Duró hasta que llegó la derecha. Esa derecha que
dice ser liberal, peo que lo primero que hizo fue intervenir; fue quitarse de
un plumazo todo aquello que enseñaba a pensar, a ser libres, a ser ciudadanos
con criterio, a tener valores de respeto y tolerancia, a no tragarse con
patatas todo lo que le vayan echando.
Por eso, los
progresistas debemos reclamar, debemos levantar nuestra voz, para que vuelvan
esos valores a nuestras escuelas. Que se llame Educación para la Ciudadanía, o
se llame como quiera, pero que enseñe a nuestros alumnos a pensar por ellos
mismos, a ser libres, a formar su propio criterio, a reclamar, a protestar, a
manifestarse. Uno de los graves defectos de los que adolece la sociedad actual,
-yo diría que el mayor-, es la posición conformista, acomodaticia, pancista, que
a veces raya el pasotismo. Una sociedad a la que le preocupa más las crisis del
Real Madrid, o los acontecimientos de Sálvame, que la política, la desigualdad
o la pobreza.
Julio
García-Casarrubios Sainz
Valdepeñas.
Ciudad-Real
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