martes, 30 de enero de 2018

ENSEÑAR A PENSAR



Enseñar a pensar


He leído con interés y placer lo que ha escrito en este foro, mi colega de Polán, Diego Ruiz Ruiz. Solo el hecho de participar en un debate sobre Educación ya es alentador, gratificante. Pero además es que toca algunos de los problemas más acuciantes que mantiene el reto actual, sobre los sistemas educativos: Enseñar, estimular, inculcar a, pensar, a ser libres. Si la sociedad no piensa, si la sociedad no dispone de una información veraz y desinteresada, esa sociedad no estará en condiciones de avanzar, de progresar, de mejorar sus estructuras.

Hace ya años, cuando existían las materias transversales, recuerdo que un tema en el que insistíamos mucho en EGB y en la ESO era la diferenciación entre información y opinión. Dos conceptos que algunos periodistas confunden intencionadamente. Confunden la libertad de prensa, la libertad de opinión, con la manipulación de la información. Que haya periódicos de distinta línea editorial es bueno, enriquece. Pero cuando se trata de exponer una opinión, ya preconcebida, basándose en noticias, al menos falseadas, es un fraude a la democracia, es un fraude a la opinión pública.

Y no le echemos toda la culpa a ese tipo de periodistas. Tienen también mucha culpa los mismos lectores, que no buscan información; buscan sencilla y llanamente, lo que ellos quieren que se les diga. Son ellos los culpables últimos del engaño. Es una cadena. Los sectores de poder financian a veces medios de comunicación para alimentar a sus seguidores, y aumentar su espectro de influencia.

Es ahí, precisamente donde entra, donde debe entrar, la fuerza de la Educación. Esa era la sana intención que tenía “Educación para la Ciudadanía”. Duró menos que un bizcocho en la puerta de un colegio. Duró hasta que llegó la derecha. Esa derecha que dice ser liberal, peo que lo primero que hizo fue intervenir; fue quitarse de un plumazo todo aquello que enseñaba a pensar, a ser libres, a ser ciudadanos con criterio, a tener valores de respeto y tolerancia, a no tragarse con patatas todo lo que le vayan echando.

Por eso, los progresistas debemos reclamar, debemos levantar nuestra voz, para que vuelvan esos valores a nuestras escuelas. Que se llame Educación para la Ciudadanía, o se llame como quiera, pero que enseñe a nuestros alumnos a pensar por ellos mismos, a ser libres, a formar su propio criterio, a reclamar, a protestar, a manifestarse. Uno de los graves defectos de los que adolece la sociedad actual, -yo diría que el mayor-, es la posición conformista, acomodaticia, pancista, que a veces raya el pasotismo. Una sociedad a la que le preocupa más las crisis del Real Madrid, o los acontecimientos de Sálvame, que la política, la desigualdad o la pobreza.


Julio García-Casarrubios Sainz
                                                                                  Valdepeñas. Ciudad-Real

                   Busca en dclm.es   “Qué Educación queremos”, y escribe tu opinión


No hay comentarios:

Publicar un comentario