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El
futuro será mejor
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Nunca he dudado
tanto a la hora de titular una columna. Podría ser desparpajo o descaro. Pero
también podría ser: atrevimiento, desvergüenza, insolencia, osadía.. y no sé
cuantas más. He dudado en poner de título: “Facundia”; pero resulta que es una
palabra que puede referirse a facilidad de palabra en un buen uso, o en un mal
uso. Aquí tendría que especificar que es facundia, haciendo muy mal uso de
ella. Dejémoslo en desparpajo o descaro. Desparpajo porque se habla con una
soltura insolente, sin mover un pelo, y descaro porque hace falta echarle cara.
Ver en rueda de
prensa a Fernando Martínez Maillo decir que una Comisión de Investigación en el
Congreso de los Diputados es ilegal, que solo se pretende hacer una causa
general contra el Partido Popular, o que es volver a los tiempos de la Inquisición;
o ver al portavoz Rafael Hernando Fraile diciendo que es una operación de
linchamiento contra el PP,.. es una prueba evidente de que acorralados por la
corrupción, están perdiendo los papeles. La amenaza de llevar la Comisión a los
tribunales es un claro síntoma de impotencia, de entorpecer, y alargar el
proceso.
Se admite, -aunque
yo nunca lo admití-, que en política es frecuente esta posición de negar lo
evidente, y de retorcer el argumento como defensa propia; es como una salida de
emergencia ante un fuego o una catástrofe aniquiladora. La corrupción del PP
los está aniquilando, y no se dan cuenta, o miran para otro lado. Pero son
cuestiones que si aún, se pueden justificar en dosis asimilables, cuando
afectan a los cimientos de la organización pueden ser destructoras; y la
solución no es negarlo, ni poner el punto de mira en las casas del vecindario.
La corrupción que
viene invadiendo al PP desde hace más de veinte años de forma sistémica, es muy
grave, pero lo es mucho más, la actitud con la que la están afrontando. ¿Equivocaciones?
La obstrucción de la Justicia, la injerencia en la Fiscalía, sembrar dudas
sobre la Guardia Civil, poner el ventilador para que salpique a los cuatro
vientos, discursos como el de Ángel Garrido en la asamblea de Madrid, aplaudir
esos discursos. Se equivocan. Lo terminarán pagando porque no están poniendo
remedio; están agravando la enfermedad, que ya es de por sí lo bastante grave.
Veremos.
Julio García-Casarrubios Sainz
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