lunes, 5 de septiembre de 2016



Advertir o alentar


            Es bueno advertir de los peligros que nos pueden venir si optamos por esto en lugar de optar por aquello. Es bueno, loable, y digno de agradecer.

            Pero alentar el miedo, por el hecho de infundir terror, ante un peligro que no existe, sino que se lo inventa el propagador con la maligna intención de retorcer la realidad y reconducir la elección de las distintas opciones, es de lo más bajo intelectual y moral que se puede concebir. Y más aún, si quien lo dice esconde la peor de las opciones; si quien lo dice nos ha conducido a la más nefasta de las situaciones que hubiéramos imaginado.



Julio García-Casarrubios Sainz



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