Una
travesura
En
un referéndum ridículo, para el que no había necesidad ni urgencia, un gran
número de votantes se ha permitido una rabieta contra Bruselas y el Continente,
sin apenas pararse a pensar, y confiando en que otros serían más sensatos que
ellos y les impedirían consumar lo que en el fondo no deseaban.
“Voy
a votar a Podemos o a Falange para darles en las narices a los demás y a
sabiendas de que no van a gobernar. Si tuvieran alguna posibilidad ni loco los
votaría”. Lo malo de estas travesuras es que a veces no quedan suficientes
“otros”. (Javier Marías)
Julio
García-Casarrubios Sainz
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