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Apuntes
del siglo XX…. y XXI
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Digo
difícil, por no decir lamentable. Algunos lo venimos diciendo desde el primer
intento fallido de diciembre pasado. ¿Era mejor el bipartidismo que teníamos?
No; rotundamente no. Es más: la situación lamentable que ahora sufrimos viene
del bipartidismo. La alternancia en el poder, desde Cánovas y Sagasta, ha
conducido a que el partido que gobierna haga lo que le sale del ombligo. El
bipartidismo mal utilizado nos ha hecho olvidar que la política es diálogo, es
acuerdo, es consenso. Olvido que nos ha sumido en esta difícil, o lamentable,
situación.
Por
una parte, están los nuevos, los llamados partidos emergentes. Los partidos que
habían hecho albergar la razonable esperanza de que vinieran para dar otro aire
fresco a la política viciada por el bipartidismo. Pero esa esperanza se está
diluyendo a marchas forzadas. Les falta un hervor. Han caído en la estrategia
de la “casta”. Sí. Están obrando más por estrategia que por el interés general.
Se han situado en la lucha por encontrar su espacio, por encontrar su sitio,
por abrirse camino en el espectro político y social. Es lógico, pero estamos en
lo mismo. Es la casta.
Por
otra parte tenemos a un Partido Popular, acostumbrado a gobernar en solitario,
sin tener en cuenta para nada a los demás; precisamente a los que ahora
necesita. Se ha encerrado en la idea de que tiene derecho a gobernar por ser la
lista más votada. Claro que tiene ese derecho, pero no a gobernar, por la
sumisión de los demás; tiene derecho, y obligación, de buscar los apoyos
necesarios para poder gobernar. Y para eso tiene que dialogar mucho, tiene que
hacer propuestas, tiene que convencer. Y no lo está haciendo. No está haciendo
otra cosa que apelar a la responsabilidad de los demás para facilitar un gobierno,
sin darse cuenta de que esa responsabilidad es compartida. No lo hizo en la
breve legislatura anterior y sigue sin hacerlo. Es difícil, pero la pelota está
en su tejado. Tiene que buscar salidas al absolutismo, a las políticas de
desigualdad y a la corrupción. Y no lo está haciendo.
Pero
el bipartidismo lo forman dos. Quien está en la oposición tiene la obligación
de rearmarse como alternativa, y no dedicar el tiempo a luchas e intereses
partidistas, cuando no personales. ¿Y qué le pasa ahora? Que se encuentra sin
la fuerza clara y suficiente para ser alternativa. La situación del PSOE no es
más fácil que la del PP.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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