Fiscalía y catolicismo
Berna González
Harbour, escritora y periodista, escribe: “…. el peligro de alud de argumentos
religiosos frente a los legales. Hechos o convicciones, ciencia o fe, leyes o
doctrina son territorios que en un estado aconfesional y de derecho deben tener
límites nítidos para todos los ciudadanos, sean creyentes, agnósticos o
alérgicos a la sotana. Y dibujar la frontera clara entre pecado y delito, entre
el confesionario y el tribunal, es sobre todo una obligación para los agentes
de la justicia y la ley”.
Y digo yo: ¿Desdibujar
esa frontera beneficia a alguien? ¿Beneficia al Estado, o beneficia a la
Iglesia Católica? Pienso que no beneficia a nadie, pienso que es un nefasto
error.
Julio
García-Casarrubios Sainz
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