lunes, 9 de mayo de 2016



Fiscalía y catolicismo


Berna González Harbour, escritora y periodista, escribe: “…. el peligro de alud de argumentos religiosos frente a los legales. Hechos o convicciones, ciencia o fe, leyes o doctrina son territorios que en un estado aconfesional y de derecho deben tener límites nítidos para todos los ciudadanos, sean creyentes, agnósticos o alérgicos a la sotana. Y dibujar la frontera clara entre pecado y delito, entre el confesionario y el tribunal, es sobre todo una obligación para los agentes de la justicia y la ley”.

Y digo yo: ¿Desdibujar esa frontera beneficia a alguien? ¿Beneficia al Estado, o beneficia a la Iglesia Católica? Pienso que no beneficia a nadie, pienso que es un nefasto error.


Julio García-Casarrubios Sainz

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