sábado, 7 de mayo de 2016



A nadie le gusta debatir


            Si no fuera por el personaje que lo hablaba, me hubiese sorprendido. Pero de Mariano Rajoy ya no puede sorprender nada. Esto se debe a tres causas.
            Con Pepa Bueno da muestras de algo que ya sabíamos: No sabe dialogar; solo sabe subirse a un estrado y decir lo que le hayan escrito sin que nadie le replique.
            Es una muestra más de estar acostumbrado a hacer lo que le venga en ganas sin tener en cuenta la opinión y el requerimiento de los demás.
            Pero la tercera, y más grave es el déficit democrático del que hace gala. El debate entra dentro de las reglas no escritas en cualquier democracia.

Julio García-Casarrubios Sainz

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