martes, 16 de febrero de 2016

Dimisión tardía

Todo lo que sea retirarse asumiendo responsabilidad política es saludable, debe ser bien recibido. Pero en este caso concreto llega mal, tarde, y a destiempo. Mal porque no es una retirada total. Lo hace a su estilo: se va pero no se va; ahí queda para hacer ruido en el PP; ahí queda para seguir siendo el azote de la alcaldesa Manuela Carmena.

Tarde porque debió hacerlo desde el momento en que se empezó a saber que la Comunidad que ella ha dirigido desde el Tamayazo, era un nido de corrupción sistémica y organizada.

Y a destiempo porque lo hace coincidir con un momento muy delicado de su partido, y de su presidente Mariano Rajoy. O lo hace para hacer daño a su jefe, que no sería la primera vez, o lo hace porque sabe que se avecinan noticias mucho más explosivas de corrupción.


Julio García-Casarrubios Sainz



No hay comentarios:

Publicar un comentario