Dimisión
tardía
Todo lo que sea retirarse asumiendo
responsabilidad política es saludable, debe ser bien recibido. Pero en este
caso concreto llega mal, tarde, y a destiempo. Mal porque no es una retirada
total. Lo hace a su estilo: se va pero no se va; ahí queda para hacer ruido en
el PP; ahí queda para seguir siendo el azote de la alcaldesa Manuela Carmena.
Tarde porque debió hacerlo desde el
momento en que se empezó a saber que la Comunidad que ella ha dirigido desde el
Tamayazo, era un nido de corrupción sistémica y organizada.
Y a destiempo porque lo hace coincidir
con un momento muy delicado de su partido, y de su presidente Mariano Rajoy. O
lo hace para hacer daño a su jefe, que no sería la primera vez, o lo hace
porque sabe que se avecinan noticias mucho más explosivas de corrupción.
Julio
García-Casarrubios Sainz
No hay comentarios:
Publicar un comentario