Guerra de símbolos
Se
critica y con razón, el hecho de que Artur Mas, quiera tapar los problemas de
corrupción, así como sus fracasos políticos, económicos y sociales, recurriendo
al independentismo. Echa mano de un sentimiento histórico latente en un sector
de la sociedad catalana, para sobrevivir políticamente. En lugar de dar un paso
atrás como consecuencia de no haber sabido salir airoso de los problemas que
tiene la sociedad, apela a remover sentimientos soberanistas, en el momento
menos oportuno.
Es
verdad. Pero llegan los nuevos, aquellos a los que la sociedad los encumbra con
la esperanza de que sean ellos los que piloten la solución que reclama la
sociedad, y siguen un camino similar: remover los sentimientos de república o
monarquía. Es verdad que el arranque luchando contra los desahucios y otras
medidas sociales tienen muy buena pinta. Ese es el camino; ese es el mandato
que han recibido. Y cuando se hayan logrado, o por lo menos estén bien encaminados,
esos objetivos, que abran el debate de república o monarquía. Ahora no parece
el momento.
Julio
García-Casarrubios Sainz
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