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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Le llaman
precampaña. Es un eufemismo. Estamos en plena campaña. Los líderes han saltado
al ruedo buscando votos. Y una vez más desilusionan. Tenemos políticos
especialistas en desilusionar; son ellos los únicos culpables de que los
ciudadanos pasemos de sus arengas. Arengas que solo tienen el propósito de
alimentar en los suyos la fobia al adversario. ¡Qué malos son los otros! Pero
ninguno se dedica a defender su proyecto; ninguno pone encima de la mesa sus
propuestas.
Acaba de
saltar al ruedo el ministro Cañete. ¿Mensaje? El mismo de siempre. Nada
original. “La herencia recibida” “La ruina que nos dejaron los socialistas” Y
nada más. Contesta Valenciano: “No pueden defendernos en Europa los mismos que
han provocado la crisis, y que se han cargado el estado del bienestar”
Bueno.
Dejando aparte mi opinión personal, de que el primero miente y la segunda dice
la verdad, -otros opinarán lo contrario-, los dos mensajes son absolutamente
inadecuados e ineficaces. Políticamente ineficaces. Los dos buscan el aplauso y
el fervor de los suyos, mientras la ciudadanía se pregunta: ¿Y las propuestas?
Propuestas
claritas y menos bazofia. Hay que saber lo que piensan hacer contra los
paraísos fiscales; qué medidas van a tomar contra la corrupción; medidas para
recuperar el estado del bienestar que ha distinguido siempre a Europa; queremos
saber las propuestas que llevan para acabar con las desigualdades; no sabemos
lo que piensan sobre una política fiscal unificada dentro de la Unión; o qué
piensan hacer para mejorar unas relaciones laborales comunes; si deberíamos
volver a los fondos de cohesión que tan buenos resultados han dado; es
necesario establecer una nueva relación entre el BCE y los bancos nacionales;
no dicen el modelo de política exterior europea que van a defender; ¿no han
pensado nada respecto a los niveles de pobreza?; ¿no llevan nada pensado sobre
la ayuda al desarrollo?
Y más,
y más, y más. El votante debe saber qué
modelo europeo defiende cada líder, qué propuestas concretas lleva cada uno en
su cartera. Eso es lo que queremos los votantes. Las proclamas para encender
los ánimos lo que hacen es apagarlos.
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