Puertas
al campo
Las
corrientes migratorias no cesan, ni van a cesar mientras haya desigualdad,
pobreza, guerras y persecuciones. Es un problema que existirá mientras el mundo
“desarrollado” no sea consciente de que son seres humanos, que tienen unos
derechos reconocidos por leyes internacionales.
Problema
que no se solucionará nunca poniendo vallas. Al campo no se le pueden poner
puertas; intentarlo muestra muy poca inteligencia y mucha menos ética. Es
necesario que el mundo sea más solidario, que vayamos a su propio territorio a
prestarles ayuda, a preguntarles lo que necesitan.
Julio
García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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