La democracia
cristiana
El Papa acaba de condenar a quienes,
en la refriega política, atacan sin piedad a sus adversarios políticos. Ha
pedido un respeto en el debate público que exteriorizan los diferentes líderes.
Denuncia que es injusto porque “la mierda termina calando”.
Es un consejo que deberían acoger
todos, pero yo me atrevería a exigírselo con mayor insistencia a los que se
llaman Demócratas Cristianos. No es de recibo que se falte al respeto por
desprestigiar al adversario y conseguir un puñado de votos.
Julio
García-Casarrubios Sainz
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