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Apuntes
del siglo XX…. y XXI
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Todos
los políticos dicen con insistencia que el debate debe ser de ideas, y no
debates personalistas. Pero pocos lo cumplen; se queda en eso: en un deseo.
¿Cómo se debería haber planteado el debate que se cierne sobre el PSOE? ¿Cuál
debería ser el fondo de la cuestión? Debería, no lo que ha sido. Y por no hacer
lo que se debería, y hacer lo que nunca se debió hacer, es por lo que ha
fracasado. Un desastre. Aquí se debatían dos posiciones; -deberían haberse
debatido-.
Por
una parte los que pensaban, piensan, que dado el número de diputados, y dada la
cerrazón de Podemos y Ciudadanos a compartir un gobierno de progreso, -como
habían prometido-, y dado el convencimiento de que no eran, no son, partidarios
de pactar con fuerzas nacionalistas, era un mal menor abstenerse en segunda
votación y permitir así que gobernara el PP. Era la ocasión, -deberían haber
defendido los partidarios de esta posición-, de imponer un cambio, desde la
oposición, a las políticas que el gobierno de Rajoy había practicado. Legítima
posición, si se explica con claridad, con mucha pedagogía, sin tapujos, sin
“digo pero no digo”.
La
otra posición, tan legítima como la anterior, era, es, la del “no es no”.
Pensaban, piensan, los partidarios de ese rotundo NO a Rajoy que lo último, lo
peor que puede suceder es que un PSOE, -una socialdemocracia-, se preste a ser
el apoyo de un gobierno que nos ha traído injusticia, desigualdad y corrupción.
Que si unas terceras elecciones le diesen más escaños al PP, que sean los
ciudadanos, que sean sus votantes los que se los den. Pero el PSOE no.
Dos
posiciones legítimas, respetables, que no se pueden etiquetar de la buena o la
mala; solo diferentes ¿Qué ha pasado? Que el debate no se ha planteado en esos
términos. Se ha planteado en el fango de los frentismos. Se ha planteado de la
peor manera que se podía haber planteado. Se ha ido a machacar directamente al
adversario. Y he aquí el resultado; son las consecuencias: un partido
fraccionado y roto moralmente. Un partido
socialista que no ha sabido, o no ha querido debatir. Algunos venimos defendiendo con insistencia que el
socialismo no es solo ideología es actitud; y esta no ha sido una actitud
adecuada, no ha sido una actitud ejemplar.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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