Peor
que en funciones
Todos
sabemos, y así lo tenemos asimilado, que un gobierno en funciones tiene su
capacidad de competencias muy reducida. Es una situación que había que
revisarla. Pero lo peor no es eso; lo peor es que esté en funciones para lo que
quiere, y sigue con su ordeno y mando, sin consultar con nadie, según sus
conveniencias.
La
panorámica del Congreso con todos los diputados en sus escaños, y el banco azul
vacío, es impresentable. Como está en funciones no tiene obligación de rendir
cuentas a los representantes del pueblo. Pero si tiene poder para gastarse una
buena cantidad de millones para devolver una extra a los funcionarios, con el
déficit incumplido y ante unas elecciones.
Julio
García-Casarrubios Sainz
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