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Apuntes
del siglo XX…. y XXI
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Estaba
escribiendo sobre una Europa desnortada; una Europa que ha perdido su esencia,
cuando…zas, el zarpazo del terrorismo cae sobre ella. Europa se ha convertido
en uno de los destinos de la barbarie. El terrorismo yihadista, terrorismo sin
sentido, como todos los terrorismos, de nuevo, el azote de Europa. Esta vez en
su corazón mismo; en el centro simbólico de sus instituciones. Parece como si
fuera la respuesta a la captura del terrorista que faltaba detener de los atentados
de París.
No
quiero entrar en el terreno de las conclusiones, de las conjeturas, ni mucho
menos de las justificaciones. El terrorismo es un hecho tan execrable, que no
merece ninguna connotación. El único análisis que cabe hacer es como acabar con
esa lacra. Todos
hablan de la unidad de todos. Está bien. Es imprescindible, -aunque a veces
algunos han caído en la tentación de utilizarlo de forma partidista-. Sí;
unidad; unidad ante un enemigo común; unidad por un interés superior; siempre
unidad.
Unidad,
pero sin olvidar que esa unidad implica, un análisis común, unos objetivos
comunes, y una estrategia común. Porque desde los atentados del 11-S, va a
hacer pronto 15 años, parece que eso que algunos, con poca agudeza, llaman la
guerra contra el yihadismo, la estamos perdiendo. El terrorismo sigue ahí,
activo. Algo no estamos haciendo bien. A las pocas horas de producirse el
atentado de Bruselas, he oído sugerir, a algún sesudo ministro, que la solución
está en la intervención militar en el origen, donde se cuece ese terrorismo. Es
más: parece que la propia Bélgica se ha sumado a esta teoría. “No hemos
entendido nada”.
Se
me ocurren algunas preguntas: ¿La destrucción de Irak, hablando de atacar el
origen, solucionó el problema? Más bien no. ¿Alguien en su sano juicio, pudo
pensar que para acabar con ETA había que bombardear el País Vasco? Más bien no.
Hoy el terrorismo yihadista es un fenómeno que necesita coordinación de todos
los países, servicios de Inteligencia eficaces, debilitar las estructuras, y crear
un ambiente global de rechazo. Y para hacer eso, ¿qué es mejor: el frentismo de
las civilizaciones, o el acercamiento? ¿Qué es mejor: la lucha, o la alianza de
civilizaciones? No caigamos en la tentación de enfrentar las civilizaciones.
Así no se acabará el terrorismo.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
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